El próximo 22 de mayo de 2011 los ciudadanos y ciudadanas del Pais Valenciano estamos convocados a las urnas con el fin de elegir la composición de nuestras Cortes Autonómicas. El reto es importante, la realidad, demoledora.
Los valencianos hemos perdido ocho puntos en el PIB en relación con el resto de territorios del estado. Nuestro paro está entre 3 y 5 puntos por encima de la cifra de paro general en toda España. La destrucción de puestos de trabajo ha sido tan brutal que a lo largo de algunos trimestres de 2009 y 2010 de cada dos parados nuevos en toda España, uno lo era en la Comunitat. Somos los últimos en inversión sanitaria por habitante y eso que el gobierno de Camps se defiende diciendo que realmente somos más habitantes con lo que, a mi modo de ver, la inversión real es todavía menor. De ley de la dependencia mejor no hablar (más de 13.000 personas fallecidas esperando que les llegue la prestación), las asociaciones de pensionistas de la comarca acaban de cobrar sus subvenciones de 2010, mientras que a la mancomunidad del Alto Palancia todavía se le debe casi todo el año pasado y por que esta semana han cobrado lo pendiente de 2009.
En fin una vergüenza, ya veis como está la comarca, os aseguro que en otras zonas de España la cosa está bastante menos mal que aquí (en Teruel por ejemplo apenas hay más de un 10 % de paro), pero en casa, rara es la semana que no cierra una empresa. Los impagos de la administración autonómica han llevado a la quiebra a empresas de la comarca al no poder hacer frente a sus créditos o no tener acceso a los mismos para financiarse. En fin, otros vendrán con otros cuentos pero lo que votamos el 22 de mayo no es ni más ni menos que impulsar un cambio político en el ámbito del Pais Valenciano que nos permita recuperar los sectores tradicionales abandonados los últimos años como la agricultura o la industria.
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